La Ría una razón de ser
Los muelles de Uribitarte
Es interesante llamar la atención sobre estos puntos.
La silueta del "Consulado berria" en los muelles de Uribitarte resultaría atractiva para el entorno.
Respecto a la anchura del canal navegable, que en el muelle de Uribitarte, a la altura aproximada de la calle Isleta, la margen izquierda hace una curva cóncava, no así la margen derecha que es una recta. Posiblemente porque antiguamente Uribitarte estaba destinado a amarrar barcos y el Campo Volantín al "camino de la sirga".
Esto produce un ensanchamiento considerable en este punto en concreto y es por esto el mejor sitio para la instalación de un muelle.
También hay que señalar que con los vientos que predominan en la zona que vienen canalizados por la propia ría desde el Abra, la diferencia de temperatura puede llegar a ser de 2/3 grados centigrados entre los muelles de Uribitarte comparados con la zona de Zorrozaurre , Olabeaga, o el Muelle de Ramón Sota.
La recuperación del agua
A finales del siglo XIX la villa había estrenado un sistema de saneamiento, impulsado por el alcalde Felipe Uhagón, que consistía en una red de colectores que vertían directamente al cauce las aguas residuales. Aunque moderno para su época, se reveló incapaz de hacer frente al espectacular crecimiento que experimentó la villa durante el siglo posterior. Los residuos domésticos de una población casi cinco veces mayor, pero sobre todo los vertidos de la industria pesada convirtieron el estuario en uno de los más contaminados de Europa. En los años de mayor actividad fabril, la ría de Bilbao llegó a recibir hasta 2.000 toneladas diarias de residuos, entre los que había ácidos, metales, compuestos cianurados y nitrogenados.
La regeneración urbana sería del todo improbable de seguir estando atravesada por una "cloaca navegable" como era el Nervión en los años 80. Aquel cauce saturado de residuos es hoy un estuario sano que alberga una veintena de especies acuáticas sólo en su tramo bilbaíno y más de 60 en todo El Abra.
En 1989 la corriente que discurría por el cauce difícilmente podía recibir el nombre de agua. "Presentaba un problema de oxigenación muy grave, sobre todo en el tramo urbano del estuario, y un lecho de sedimentos muy contaminado, con una alta concentración de metales", describe Javier Franco, biólogo e investigador de Azti. Esa situación hacía "prácticamente imposible" la vida en la zona interior de la ría, mientras que en la zona media y exterior ésta se limitaba a una fauna "muy pobre".
La puesta en marcha de la nueva red de saneamiento en 1990 derivó esos residuos hacia plantas depuradoras e inició lentamente el camino de la regeneración. Sin embargo, el punto de inflexión se sitúa en 2001, "con la puesta en marcha del tratamiento biológico de las aguas residuales en la planta depuradora de Galindo", explica Javier Franco. Este proceso es capaz de eliminar hasta el 95% de la carga contaminante, antes de devolver el agua a su cauce.
Sólo unos meses despues los niveles de oxígeno habían crecido lo suficiente como para que los animales más resistentes a la contaminación, como el cangrejo verde -karramarro-, la quisquilla gris o el cabuxino, se aventuraran aguas arriba.
En los años siguientes se dejaron ver anguilas y mubles y para mediados de la década se podían encontrar en la ría, a su paso por Bilbao, lenguados, platijas o mojarras.
Hoy se pueden pescar lubinas, doradas, chicharros o anchoas, "la misma fauna que encontraríamos en un cauce que no ha sido contaminado", apunta Franco. Hay especies, como las platijas, "que requieren una oxigenación muy alta", y que pueden verse nadando cerca de El Arenal.
En vista de que el lecho se había regenerado rápidamente al mejorar la calidad del agua, en 2006 el Consorcio de Aguas decidió no acometer el dragado de la ría, pues remover los sedimentos contaminados podía poner en peligro la incipiente fauna. Así es como el Nervión sigue guardando en su fondo el recuerdo de décadas de contaminación. La limpieza de las aguas, que tomó como referencia el ejemplo de Newcastle, se puede dar por completada con éxito. "La lámina de agua sí ha recuperado su biodiversidad habitual", asegura Franco. Sin embargo, el estuario no puede desprenderse tan fácilmente de su pasado. La presencia humana a lo largo de siglo y medio de industrialización ha supuesto "una gran pérdida de hábitats para la fauna y flora". Arenales, dunas o marismas que una vez formaron el paisaje de las orillas del Nervión y que "son ya irrecuperables".
...Y Bilbao es un pueblo cauto. Cuando os hablen de sus viejos astilleros -y no dejarán de hacerlo con lagrimas en los ojos-, como células
de las actuales factorías, pensad, sin violentaros demasiado, en el costillar de una gabarra y en uno de esos calafates que, en los puertos pequeños,
remiendan con madera vieja, estopa y brea las podredumbres de una embarcación diminuta. No otra cosa eran los viejos astilleros...
Julián Zugazagoitia
Las Arenas, Muelle Evaristo de Churruca
Evaristo de Churruca, Garcia Asarta, oleo sobre lienzo 132.5x103